Una vez tenemos listas las verduras, las echamos en el recipiente anterior, escurriendo bien el aceite sobrante de los mismos, y vamos a remover con paciencia hasta que se mezclen bien todos los ingredientes y quede formada una masa regular. Con esa mezcla vamos a comenzar a hacer las hamburguesas, haciendo unas bolas de tamaño similar, y cuando las tengamos todas formadas, solo tenemos que aplastarlas con cuidad con la mano o con una paleta de cocina, para que se formen las hamburguesas, intentando que queden con una forma más o menos regular para que tengan buen aspecto.
Esas hamburguesas las dejamos en la nevera un buen rato para que los sabores se mezclen del todo y además tomen algo más de cuerpo, y después ya solo nos quedaría hacerlas sobre una plancha o sartén bien caliente, con un chorrito de aceite de oliva virgen. Las pasamos unos dos minutos por cada lado, a fuego no demasiado intenso, para que se doren bien por fuera y queden así bien cerradas.
Ten cuidado al darles la vuelta, no se desmonten, ya que no tienen una textura demasiado compacta. Y al acabar servimos en caliente estas ricas hamburguesas de garbanzos, metidas en pan especial para hamburguesa y acompañadas de otros ingredientes (tomate, lechuga, cebolla) y con alguna salsa, o bien sin pan y acompañadas de alguna guarnición o ensalada. Verás cómo te quedan realmente sabrosas y no echas de menos la carne.